El minimalismo nació en los Estados Unidos en los años sesenta como una forma de vida basada en consumir de manera consciente y cuidar el medio ambiente.
Podemos apreciarlo en la arquitectura, la ropa y el arte, y también en los objetos y las finanzas, las relaciones, los pensamientos y las emociones.
Busca simplificar la vida, evitar excesos y aprovechar mejor el tiempo.
Hay diferentes niveles. El minimalismo «radical» implica reducir drásticamente posesiones y compromisos.
Cada persona debe encontrar un equilibrio que se adapte a sus necesidades y objetivos, buscando una vida más sustentable y relaciones más armoniosas.